viernes, 12 de marzo de 2010

Cargador de momentos.

Lo único que llenaba por aquel entonces mi espalda eran las sonrisas. Tenía sobrecarga. Los silencios se escondían entre los dedos de los pies, y me hacían cosquillas. Se iban escapando con soltura mientras andaba, mientras daba patadas a las hojas del otoño. Me convertí en montaña de hojas azules del tiempo, de un día para otro, no superé el peso, él cayó conmigo, y yo caí con él.

Eva Te.

5 comentarios:

  1. Tus abstracciones sacan de quicio y desbordan el deseo de leerte más, y más, ¡¡y más!! :D
    Que esa inteligencia emocional se recupere pronto de la puñalada trapera de un folio en blanco, y se vengue de él con retazos de tinta roja.

    Un saludito desde mi puesto de vigilancia.

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  2. Suelo quedarme ensimismada cuando termino de leer algo tuyo. Siempre es así. No sé por qué será, pero haces que lo imagine todo a la perfección, los colores, los sonidos y a veces hasta los olores. Trasmites, por eso cada vez que leo algo que has escrito acabo sorprendiéndome siempre, aunque no sea la primera vez que lo leo.

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  3. Retazos de tinta negra, diría yo. Y china: Parker, para una pluma caprichosa. Suerte que vuelves a las andadas, Evita! Me encanta cómo en tan pocas líneas me haces estremecer. Sobre todo, en esta entrada, con ese silencio que te hace cosquillas entre los dedos de los pies. No dejes de escribir.

    Un saludo desde el escritorio de Sevilla.

    Jorge

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  4. MmMmMmMm... lo de roja era por la sangre, tinta cruenta, Negra (c), sí, para una daga caprichosa, que estremece al alma de placer extremo y dolor gráfico. La cosquilla es en los dedos antesala de un tropiezo. La caída bajo el peso. Porque pesa el tiempo cuando arruga folios blancos.

    Otro saludo desde mi sala de tortura literaria xD

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  5. Me encanta entrar y ver firmas vuestras. Muchas gracias, esto me anima a seguir escribiendo, por poco que sea.

    Saludos a los dos, a ti, Alberto, te veré esta noche por Cádiz.

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